Prólogo.
Ciudad
de Manila 27 de agosto del dosmildocientosotrescientos.
(En
una barra de bar o similar un hombre relata su peripecia vital a un absorto
camarero oriental)
Viriato.-
No sé porqué te cuento todo esto, tú eres un camarero, nunca nos habíamos
visto, y estoy en las antípodas de mi patria excelsa. A pesar de todo,
consciente de tu interés, prosigo mi narración, y como ya antes, te había
referido, mi memoria me dicta, que todo comenzó cuando una mujer acudió a mi
despacho, ella andaba buscando a un
tipo, a su novio, un legionario de los tercios de Melilla, que había
desaparecido, sin dejar rastro, de tal suerte, que semejaba que se lo había
tragado la tierra. La mujer parecía muy alterada y necesitaba mi detectivesca asistencia, a toda costa,
para volver a pescar a su palomo. Yo no
suelo meter las narices en pleitos de
enamorados ni cornamentas, uno tiene, ya, cierto caché, y no me cuadra a mí, tan vodevilesco
género. Soy detective de mucho más
calado. Sin embargo este caso tenía especial enjundia, que lo hacía un desafío
apetecible. Y me embarqué en él con toda
mi sapiencia. En fin, la totalidad de
las búsquedas, como sabrás, constan de
pesquisa, interrogatorio y conclusión, y las pesquisas de este caso se
dibujaban, allende los Pirineos y allende la mar océana, en latitudes que en
otro tiempo formaron parte del imperio que asombró al mundo, y esquivó con
fortuna al astro rey. En tierras de
estas Islas Filipinas, perlas, siglos ha, de la sin par corona de Castilla pero
ahora convertidas, por desgracia, en refugio del pirata, del infiel y del
masón, con perdón si el comentario ofende.
Y aquí estoy, solo y perdido en las antípodas de mi eterna Expaña. Y sin saber muy bien porqué, mi intuición me
ha conducido, hasta este lugar; que no es sinó un antro en las afueras de
Manila, en el que el vicio, la corrupción y el pecado campan a sus anchas,
poderosos, y mi perdón reitero, por si
el epíteto atraganta...
Camarero.-
(Silencio)
Viriato.-
Por cierto, y ya que hemos entrado en mayor conocimiento mutuo. Esto..., silencioso mancebo, tú hablas mi
idioma, ¿verdad?
Camarero.-
¿Eh?
Viriato.-
¿Hablas expañol?
Camarero.- No entender, yo sólo hablar filipino.
Viriato.-
Bueno, bueno, no importar, yo no solamente dominar la inmortal lengua de
Garcilaso sino que saber hablar, también extranjero.
Camarero.-
Ahora sí entender.
Viriato.-
En fin, tú poner copa mí.
Camarero.-
Aquí tener.
Viriato.-
(Enseñándole foto al camarero) ¿Tú haber visto hombre blanco éste por aquí?
Camarero.-
(Repentinamente asustado) Tú ser demoño expañol, tú querer problemas.
Viriato.-
¿De qué me hablas?
Camarero.-
¿Qué? No entender.
Viriato.-
¿De qué hablarme tú?
Camarero.-
(Amenazándole con un arma) Tú tomar a pobre camarero por idiota, tú morir
ahora.
Viriato.-
¿Pero qué coño te pasa?
Camarero.-
¿Qué?
Viriato.-
¿Qué coño pasarte?
Camarero.-
Tú enseñarme foto de bicho tabú, tú querer que yo tener problemas con dioses de
infierno, yo matar a ti...
Viriato.-
¿Qué dices, no puedes matar así a un expañol, qué osadía?
Camarero.-
Expañol demoño morir...
Último de Filipinas.-
(Irrumpiendo espectacular ante el asombro de camarero y detective) Alto ahí.
Camarero.-
(Aterrado) Oh no, estar perdido.
Viriato.-
¿Qué pasar?
Camarero.-
(Huyendo) Ser “El último de Filipinas”, yo huir.
(El
recién llegado, rompe a cantar, contra todo pronóstico; e interpreta con tono
alegre y vivaracho, cercano al que le imprimiría un Antonio Molina o un Juanito
Valderramas –tal vez ribeteada con algún que otro sonoro gorgorito-, la canción
titulada: ¡FILIPINAS NO SE RINDE!:)
Si
alguien dice que Filipinas
No
es ya un trozo de Expaña
Te
diré, si no lo adivinas
Que
esa persona te engaña.
Mientras
este humilde soldado
Sostenga
nuestra bandera
Seguirán
siendo expañolas
Todas
estas islas enteras.
Los
nativos no tienen razón,
Aunque
todos piensen igual,
Filipinas
no es una nación
Que
es provincia de ultramar.
Lo
de Cuba no tiene remedio,
Puerto
Rico también se perdió,
Mas
aquí, mientras yo siga en medio,
Esto
es territorio ejpañoool.
Por
mucho empeño que pongan
En
la autodeterminación,
No
quiero que Expaña se rompa,
Filipinas
no es una nación.
Viriato.-
¿”El último de Filipinas”?
Último
de Filipinas.- Ese soy yo, sí señor.
Viriato.-
Tú.
Último de Filipinas.-
Sí, soy el último superviviente de la soberanía expañola en estas islas, y no
me rendiré jamás, todos mis compañeros de guarnisión han muerto por esta
bandera, y yo soy “El último de Filipinas”, como ya se ha mensionado. Y cuando un expañol u compatriota, nesesita
ayuda...
Viriato.-
¡Baldomero, amigo!
Último de Filipinas.-
¿Nos conosemos?...
Viriato.-
Te has olvidado de tu etapa de picador.
Último de Filipinas.-
Sí, siertamente, yo antes de ser soldado expañol en las Islas Filipinas, fuí
picaor de toros, es verdá, en una cuadrilla muy famosa, la del gran diestro...
Viriato.-
Viriato de Triana, ¿no te acuerdas de mí?
Último de Filipinas.-
¿Maestro eres tú?
Viriato.-
¿No me conoces, gañán?
Último de Filipinas.-
Asín de paisano, como no llevas traje de luses...
Viriato.-
Me he retirado de la fiesta.
Último de Filipinas.-
No.
Viriato.-
Ahora soy detective privado.
Último de Filipinas.-
Es mu paresido, ¿no?
Viriato.-
Eso dicen.
Último de Filipinas.-
¿Y has perdío el asento andalú?
Viriato.-
Me va y me viene por momentos, es que habito en los madriles castellanos.
Último de Filipinas.-
Caray, ¿tienes un sigarrillo?
Viriato.-
Toma un pitillo, es de Expaña.
Último de Filipinas.-
Cuanto añoro la madre patria. No vienen
muchos paisanos por aquí.
Viriato.-
Yo ando buscando a un expañol, a un legionario.
Último de Filipinas.-
¿El de la foto?
Viriato.-
El mismo.
Último de Filipinas.-
Conio, a éste lo he vito yo...
Viriato.-
¿Dónde?
Viriato.-
¿Estás seguro?
Último de Filipinas.-
Era él, estoy seguro, la misma cara, la misma voz, dale la vuelta a la foto...
sí señor, la mismas espaldas, cogió un vuelo con destino a un garito de Madrí,
un antro de visio y pernisión llamado “El Estasis Místico”.
Viriato.-
Madre de Dios, qué retentiva.
Último de Filipinas.-
Recuerde que he sio picaor muchos años, y el que tuvo, retuvo.
Viriato.-
¿Por qué no te reenganchas conmigo en el negocio detectivesco, necesito un
ayudante y tu reúnes el perfil?
Último de Filipinas.-
Me halaga la proposisión, pero si yo me voy, ¿quién va a sostené el
nasionalismo espanió en estas islas traidoras?
Viriato.-
La vida está llena de renuncias.
Último de Filipinas.-
Sea. Me cago en todo el archipiélago.
(Oscuro)
PARA LEER MÁS, CONTACTAR CONMIGO A TRAVÉS DE:
tomasafan@hotmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario