domingo, 24 de marzo de 2013

"PROGRESOS" Monólogo breve representado por Francisco Vidal en el XIV Maratón de Monólogos de la Asoc. de Autores de Teatro


(En escena un hombre de edad avanzada)

Yo no estoy en contra del progreso,  y todas estas virguerías tecnológicas de las que me han ido informando están… cómo decirlo… curiosas…  El caso es que… al principio… asomarme a aquella ventana me produjo una placidez inmensa, después de tanto tiempo en coma me incorporé y pude ver los árboles, la vegetación, los pájaros, los niños, ahí fuera, el mundo seguía igual a pesar de todo, y yo con la frente pegada al cristal, estaba… me sentía… en paz con el mundo.  Me disponía a abrir la ventana para dejar que la fresca brisa de la mañana rozara mi piel, cuando al contacto con la manivela, aparecieron súbitamente por toda la superficie del vidrio los símbolos del puto escritorio de Windows, ocupando, invadiendo toda la superficie de la ventana, los programas más utilizados estaban allí, dispuestos para ser abiertos y utilizados, y todo lo demás, las plácidas imágenes, el paisaje, los niños, habían desaparecido…


Son cosas del progreso, imagino, y seguro que tienen su lado positivo.  Uno acaba por acostumbrarse a todo, dicen… pero a mi edad, y en mi estado… Las cosas se ven de otra manera… Porque yo, al fin y al cabo, no es que pretendiera dejar huella en este mundo, tampoco le tengo un miedo insuperable a la muerte, ni me aterra la inminencia de mi fin.  Pero, cómo decirlo, hay algo que…

Llámame antiguo, llámame tradicional, pero yo soy de los que creen que un entierro tenía su utilidad, como duelo, como despedida, y no sé, no me acaba de convencer esta costumbre reciente, este contagio de las nuevas tecnologías, esta innovación que tanto éxito ha obtenido, que arrasa en los cinco continentes y que consiste en introducir a los muertos directamente en la papelera de reciclaje 

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